Me fu e prohibido comer de él
me alertaron sobre
sus efectos
cualquiera, menos ése…
sin embargo insistí
quise degustar al mundo de un solo sorbo
poner a prueba mi debilidad humana
saber lo que era bueno o malo
sentir vergüenza de mi desnudez
convertirme en tierra otra vez.
Sabía a manzana del paraíso.
El pecado me dominó
no hay otro infierno después de éste
no hay condena peor
que llevar su marca
mi boca puede testificar
tiene memoria y la arrastra hacia mis otras 777 vidas
todas ellas errantes pero perfectas
todas ellas destinadas al destierro
todas ellas, perpetuadas al desamor.