jueves, 14 de agosto de 2014

La mujer en el jardín de los besos



Me fue prohibido comer de él
me alertaron  sobre sus efectos
cualquiera, menos ése…
sin embargo insistí
quise degustar al mundo de un solo sorbo
poner a prueba mi debilidad humana
saber lo que era bueno o malo
sentir vergüenza de mi desnudez
convertirme en tierra otra vez.

Sabía a manzana del paraíso.

El pecado me dominó
no hay otro infierno después de éste
no hay condena  peor que llevar su marca
mi boca puede testificar
tiene memoria y la arrastra hacia mis otras 777 vidas
todas ellas errantes pero perfectas
todas ellas destinadas al destierro

todas ellas, perpetuadas al desamor.

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